Como ya se está diciendo por ahí, y debería decirse más alto, no se trata de que los diputados conduzcan cada uno un SEAT Panda, con eso no se acabará la crisis ni se construirá vivienda social ni se acabará con la especulación ni se crearán puestos de trabajo, etc. Que quien se presenta a concejal en mi ciudad no tenga cargos pendientes por, por ejemplo, abusos deshonestos, no va a mandar a paseo al buitre que ahora mismo está llamando a la puerta de mi casa porque el banco me está dando un ultimátum.
Se trata de cambiar el sistema capitalista, no modificarlo ni regularlo. Así como un tumor no se regula ni se modifica sino que se extirpa, el capitalismo requiere una intervención de emergencia antes de que acabe matándonos a todos.
Por esto hay que luchar, para que la banca sea un recurso del sistema político y no al revés, para que la industria, la agricultura, la pesca, etc sean recursos administrados por quienes trabajan en cada uno de esos sectores. ¿Quién va a saber mejor cómo manejar una fábrica que quien lleva toda la vida trabajando en ella? Desde luego no serán los ejecutivos que promueven la esclavitud moviendo esas empresas a países donde la mano de obra es más barata.
Tenemos que abandonar las ideas falsas de que los grandes empresarios deben encargarse de la economía, ellos son precisamente los que llevan tiempo destruyendo nuestras vidas y por esto les tenemos que arrebatar las fábricas y las empresas. Ellos son ricos y poderosos porque nosotros trabajamos, así que ellos verán lo que hacen.
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